Introducción
Como director de ONUSIDA, acostumbro a enfatizar el implacable aumento de la epidemia del VIH/SIDA en el mundo. sin embargo, hoy me centraré en un aspecto particularmente insidioso de la epidemia del SIDA que recién ahora está recibiendo el reconocimiento internacional que merece, me refiero a la violencia contra las mujeres y su impacto en la diseminación de esta enfermedad mundial.
Muchos países fracasaron al tratar este asunto. La violencia basada en el género todavía es un tema tabú, considerado en muchas partes u asunto privado que no se debe discutir públicamente. Esto es inaceptable. La violencia doméstica, la violación, y otras formas de abuso sexual son crasas violaciones a los derechos humanos, muy ligadas a los temas de salud aun hoy no tratados, incluyendo la expansión del VIH. Pero antes de describir sus consecuencias en la salud, hablaré sobre el pronunciado incremento de la violencia contra mujeres y niñas.
El incremento de la violencia contra mujeres y niñas
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la violencia contra mujeres y niñas en el mundo causa más muerte y discapacidad entre las mujeres de 15 a 44 años que el cáncer, la malaria, los accidentes de tránsito e incluso más que la guerra. Estudios recientes realizados en todo el mundo sugieren que entre el 16% y el 52% de las mujeres han sido atacadas al menos una vez en la vida, por un compañero intimo. esto se asocia con la violencia sexual, incluyendo la violación.
El abuso marital no es, sin embargo, la unica amenza. Muchas mujeres y niñas son victimas de coerción sexual por sus parientes varones, compañeros de clase o vecinos. Esta crueldad impuesta a mujeres y niñas algunas menores de diez años no sólo les provoca dolor y humillación; también las amenaza con enfermedades de transmisión sexual, tales como el SIDA.
El tráfico de mujeres y niñas es otro contexto de violencia sexual. Cada año, cientos de miles de mujeres y niñas en el mundo son vendidas en casamiento, para prostitución y como esclavas. Las Naciones Unidas estiman que se trafican más de cuatro millones de personas por año. Alrededor de 200 millones de personas soportan alguna forma de esclavitud contemporánea. La mayor parte del comercio sexual de mujeres y niños ocurre en Asia. No obstante, el América Latina, el Caribe, y en Europa del Este está aumentando. Las mujeres y niñas victimas del trafico tienen muy pocos chances de escapar y son forzadas a tener sexo inseguro con clientes, aumentando el riesgo de contraer el VIH.
VIH/SIDA y otras consecuencias de la violencia en la salud
El aumento de la violencia es escalofriante; también lo es el del VIH/SIDA, especialmente en las mujeres. Cada vez más las estadísticas muestran la vulnerabilidad femenina al VIH. ¿Porqué las mujeres son tan vulnerables al VIH? biológicamente, son más proclives a contraer enfermedades de transmisión sexual durante la relación sexual que los hombres. El sexo sin protección es una amenaza mucho más grave para las mujeres.Pero la vulnerabilidad de las mujeres no sólo tiene raíces biológicas, también tiene raíces sociales. debido a su posición subordinada, para millones de mujeres y niñas es difícil, por no decir imposible, protegerse del VIH. A menudo no pueden insistir en la fidelidad, exigir el uso del preservativos, o rechazar tener relacione sexuales con su compañero, aun cuando sospecharan o supieran que ésta infectado. Frecuentemente las mujeres carecen del poder económico para salir de relaciones con grandes riesgos de infección por VIH.
La violencia es parte de estos dilemas. Ya perfilé como ocurre la violencia física y sexual, y como ésta puede resultar en infección por VIH. No hay que olvidar que hasta la amenaza de violencia conduce al SIDA. No matará inmediatamente, como una bala, lo hace lentamente empezando por el dialogo sobre el sexo y la vida, y minando la capacidad de autoprotección de la mujer. Las mujeres temerosas de ser golpeadas o rechazadas, no se atreven a pedirle a sus novios que usen preservativos o que sean fieles.
Casi la mitad de las nuevas infecciones por VIH en el mundo ocurren en adolescentes y menores de 25 años. En muchos países, las chicas se infectan más tempranamente que los muchachos. Incluso los niños pueden contraer el VIH por sexo forzado, muchas veces con conocidos, familiares o amigos de confianza. Las madres que saben que sus hijos son abusados tienen temor de hablar.
Pero quiero enfatizar que las consecuencias del abuso no se limitan al riesgo obvio de infección por VIH. Los niños que han sido abusados tienen muy baja autoestima; se sienten sucios, avergonzados.y pierden la fe en los demás. Esto puede propiciar luego conductas de riesgo como el consumo de drogas, la prostitución y el sexo sin protección.
Para los varones el abuso físico también es una norma social que se transmite de generación en generación. Los muchachos que ven a sus padres abusando de sus madres son más proclives a convertirse ellos mismos en abusadores, perpetuando de este modo el ciclo. Eso me recuerda un punto que a menudo se olvida cuando se habla de violencia y SIDA. Las mujeres y niñas son abusadas y esto es un grave problema. Pero no perdamos de vista el otro lado de la moneda, lo que la sociedad ve como un comportamiento masculino no aceptable. La comunidad internacional puede condenar la violencia contra mujeres como algo legalmente intolerable, pero aún es aceptada por muchas sociedades, inclusive por sus víctimas.
La violencia sexual como norma social puede ser reforzada por las cortes supremas.
El incremento de la violencia a causa del VIH
No concluiré esta presentación sobre la relación entre la violencia y el VIH sin mencionar que la violencia contra las mujeres no es solo meramente la causa de la epidemia del SIDA; también puede ser la consecuencia. Cerca de 14 millones de mujeres están infectadas con VIH. Aquellas que revelan su condición de infectadas sufren violencia directa de su marido, su familia o de su comunidad.
Estos asesinatos por "vergüenza" se reportan en todo el mundo. Las mujeres cuya condición de infectadas se conoce o se sospecha enfrentan ser sacadas de sus hogares, abandonadas por sus familias y despedidas de sus trabajos. La violencia basada en el género no sólo es física, sino también psicológica.
Conclusión
La violencia de género sigue siendo materia de apasionados debates en muchas partes del mundo. Muchos gobiernos aún son renuentes a apoyar por completo las medidas necesarias para remediar esta deporable situación, especialmente ahora que existe el riesgo del SIDA.
Es crucial reforzar la estructura legal,tanto a un nivel local como internacional. para sobrevivir en un mundo con SIDA, es necesario proteger los derechos sexuales y reproductivos de la mujer. Esto incluye el derecho de decidir cuándo, con quién y en que circunstancias se tienen relaciones sexuales.
Ahora que la Corte Penal Internacional reconoce a la violación y otras formas de violencia contra la mujer como un crimen contra la humanidad en tiempos de guerra, los gobiernos necesitan urgentemente reforzar las leyes nacionales que penalizan la violencia de género y el abuso. Solo recientemente la violencia dentro del matrimonio se convirtió en un delito en muchos países occidentales. Aún así, la mejor de las leyes tiene muy poco efecto, si no existe la voluntad de reforzarlas. Tampoco tendrá el más mínimo impacto si no hay un cambio en las actitudes, particularmente entre los hombres y comunidades locales. Ahí es donde empieza le verdadero cambio. Tales desafíos podrán parecer formidables, pero en ONUSIDA estamos capacitados para ayudar a realizar progresos significatiivos en la dirección correcta.
En el frente del SIDA, ya hemos expandido considerablemente la capacidad mundial de monitorear la epidemia. Desde el primer momento hemos contado con tasas específicas por país y con bases de datos que son claves para el planeamiento y la acción local si vamos a contrarrestar el desarrollo del VIH, especialmente entre mujeres jóvenes y niñas.
En lo relativo a la prevención, notamos distintos adelantos. El preservativo femenino, una herramienta de prevención controlada por la mujer, ahora es mucho más accesible para las mujeres de los países en vías de desarrollo. Se venden millones de ellos a precios razonables. Para garantizar a la mujer más de una opción, los grupos de mujeres de todo el mundo con el apoyo de ONUSIDA, han lanzado la Campaña Mundial para Métodos de Protección Alternativos Controlados por Mujeres. Esto incluye una petición internacional llamando al gobierno de Estados Unidos, a la Unión Europea y a otros, a acelerar la investigación sobre microbicidas vaginales y a expandir el acceso al preservativo femenino.
En ONUSIDA creemos firmemente que el respeto y la preocupación por los derechos humanos, incluyendo a los derechos de los niños y la igualdad entre hombres y mujeres debe estar en el centro de la respuesta colectiva a esta enfermedad.
Nosotros trabajamos para transformar los valores sociales relativos al comportamiento masculino y las actitudes hacia los/as niños y niñas, ya que ambos son cruciales para prevenir la violencia contra la mujer y la diseminación del VIH. Los programas educativos necesitan romper con la creencia de que la agresión es inherente a la sexualidad masculina y que la violencia contra la mujer constituye una demostración de poder. Muchas actividades de ONUSIDA están orientadas a los derechos reproductivos y de salud de la mujer así como a sus derechos económicos y sociales. Nuestro objetivo es ayudar a las mujeres a establecer sus necesidades más positivamente. ES VITAL QUE LAS MUJERES PIERDAN EL TEMOR DE HABLAR.
+ PETER PIOT, era Director ejecutivo de ONUSIDA cuando dio esta ponencia en el panel "Mujer y Salud" en Nueva York en marzo de 1999.
*ESTE ARTICULO ES UN ABSTRACTO DEL PUBLICADO EN LA REVISTA CONCIENCIA LATINOAMERICANA VOL. XIII No. 10 DICIEMBRE 2004
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